Un koan es una especie de problema que el maestr@ propone a sus discípulos para que,concentrándose en él, agoten toda la energía mental de que disponen:"Todas las cosas vuelven al Uno,pero,¿adónde vuelve el Uno?"
El koan está construido de tal forma que corta la actividad discriminatoria del intelecto,que persiste en querer distinguir entre sujeto y objeto,y también pretende ridiculizar el razonamiento.Al suspender la facultad razonante,el koan deja en reposo la actividad más superficial de la mente para que sus partes centrales y profundas puedan exteriorizarse y manifestarse.Deja al intelecto que vea por sí mismo hasta donde puede llegar y le muestra una región a la que no puede acceder jamás con su funcionamiento normal.Hay lugares desconocidos en nuestras mentes,más allá del umbral de la construcción relativa de la consciencia.No es sub-consciente o supra-consciente.Sino "más allá".No debemos olvidar que la mente es un todo indivisible que no puede separarse en fragmentos.
El koan lleva al discípulo a un estado de consciencia extremadamente activo,en el que debe apelar a sus energías al máximo,concentrándose en él como único objeto de su pensamiento.Esta concentración produce un estado de consciencia neutro,abierto al satori.Es un estado de espera,en el que el discipulo debe asumir una actitud inquisitiva y debe seguir en ella hasta llegar al borde de lo que podría llamarse un precipicio, donde no queda otra alternativa que saltar.
El koan es el punto de partida.Actúa como la levadura,desplegando ante la mente sus propios secretos.No es simplemente un acertijo o una observación ingeniosa,sino que tiene un objetivo bien definido:despertar en el discípulo la duda e impulsarlo hasta el último límite.
Intelectualmente,lo que sucede es que llega un momento en el que se trasciende los límites del dualismo lógico,pero,al mismo tiempo,se despierta un sentido interno que hace posible la visión del auténtico funcionamiento de las cosas.La intención es reproducir en el discípulo el estado de consciencia del que el koan es la expresión.
Comprender el koan es participar del estado mental del maestro:"entonces tendrá lugar una zambullida en lo desconocido con el grito de: ¡ Ah, es eso ! Cuando lanzéis ese grito os habréis descubierto a vosotros mismos.
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